Lechona al horno

Cada maestrillo tiene su secreto y cada uno es más bueno. Primer consejo: que la lechona no sea mayor de 5 kilos, así no hay que darle la vuelta, según dicen en Segovia y Toledo, mi amigo Adolfo por ejemplo, sólo agua y sal; Segundo consejo: lo ideal es empezar el horno con una temperatura de unos 150 grados y que esté unas 2 horas. 

Una lechona de 4,5 kilos
250 gramos de manteca de cerdo
200 ml. de agua
6 dientes de ajo medianos,
laurel
tomillo
orégano
sal marina

• Preparamos un majado en el mortero con los ajos, las hierbas y la manteca. Nos quedará una pomada que si la dejamos de un día para otro estará más rica aún.
• Tendremos ya la lechona abierta desde la cabeza a la cola por el centro. Ponemos un poco de papel de aluminio en las orejas y también en las patas y la cola para que no se nos quemen
• .Le untamos bien con una brocha la manteca y la ponemos en la bandeja de barro. Recordad, la piel siempre para arriba.
• Ponemos un cazo de agua con el laurel, y antes de meter al horno pinchamos desde la cabeza a la cola con un pincho para que no se formen bolas y nos quede “crak crak”, es decir, bien crujiente.
• Horno a 150 grados y a cada rato lo vamos bañando con el jugo que va soltando; si es necesario, añadimos más agua ya que no es bueno que se quede seca la fuente.
• Cuando lleve unos 90 minutos podemos quitar los papeles de aluminio y subimos el horno a 190 grados durante unos 20 minutos más. ¡En este proceso se nos pondrá la piel crujiente que tanto nos gusta a muchos!
• Lo sacamos del horno y lo troceamos; lo llevamos a la mesa y lo acompañamos con una salsa de naranja y unas buenas patatas; además, en el centro de la mesa, una ensalada de hoja tensa aliñada con aceite de oliva y vinagre de vino blanco y sal.